“Mayor Dignidad”
No a la Infantilización de nuestros Mayores
Según la RAE Dignidad es la cualidad de digno y por ende merecedor de algo. Correspondiente, proporcionado al mérito y condición de alguien o algo.
En cuanto a Respeto, dicha fuente refiere que es la veneración y acatamiento que se hace a alguien o también, miramiento, consideración y deferencia.
Digno, digna, dignidad, respeto… Se pueden leer y escuchar a diario cuando se habla de nuestros mayores, de esa edad avanzada que se cataloga como la tercera y cuarta edad en la etapa del ciclo vital de una persona, y sin embargo, a lo largo de mi experiencia personal y profesional, la cual se encuentra fuertemente ligada al sector sociosanitario, de atención a las personas en situación de dependencia, he sentido y podido apreciar la falta de un continuo respeto a la dignidad de nuestros usuarios/as, mayores…cuando a menudo se les visiona y trata como niños y niñas. Me he cansado de escuchar tanto a familiares como a trabajadores, hablar con los usuarios/as como si tuvieran 4 años o hubiesen perdido cualquier capacidad de decisión y autodeterminación. De igual modo, me ha impresionado hasta la más sórdida sorpresa todo tipo de programas y talleres que siguiendo en la mayoría de casos un modelo centrado en lapersona y por tanto, orientados y adaptados a las necesidades específicas de estos usuarios/as, se diseña la intervención a partir de manuales de preescolar. He recorrido diferentes centros de día y centros residenciales para personas mayores presenciando un patio de colegio continuo, con una decoración infantil que recordaba a un parvulario sacado de contexto, una “infantilización” en el trato y lo más extraordinario, es que toda esta parafernalia es en aras de un envejecimiento activo, promoción de la autonomía personal y garantista de un bienestar y calidad de vida, que dignifique a nuestros mayores.
No podemos perder de vista que la Infantilización en personas mayores es “el mayor de los maltratos psicológicos” al que nos enfrentamos a diario en diverso centros, instituciones y en general, manifestándose en múltiples comportamientos en nuestra sociedad.
Y es entonces cuando me planteo, que no hemos escuchado ni mirado en la dirección necesaria para poder intervenir de forma eficaz. Que cuando algunos y algunas de nuestros usuarios/as se niegan a participar en nuestras “divertidísimas” y adaptadas dinámicas y actividades de diversa índole, tal vez sea porque no les representa y no se sienten identificados, porque no tienen ni voz, ni voto real en su decisión y participación en las mismas, y porque en definitiva no hemos desarrollado la capacidad de empatía con ellos.
Tal vez tenemos que recordar esa diversidad que existe a doquier y que no se desvanece por envejecer. Hay diferentes personas mayores con su idiosincrasia, perspectivas y expectativas, con necesidades y trayectorias vitales diversas, con sus recuerdos y vivencias…Y es muy posible, que después de confeccionar nuestras ambiciosas programaciones, terapias y diferentes planes de intervención, debamos sentarnos con nuestros mayores y escuchar activamente lo que tienen que decir, lo que quieren y sienten, si es que realmente queremos tratarlos con VERDADERA DIGNIDAD y aportarles aquello que necesitan, que es suyo y que nunca debimos arrebatárselo.
Luz García Novoa
Coordinadora Técnica de Centros (Macrosad, SCA)